viernes, 28 de junio de 2019

AMANECER

Tu pestañeo,
tu pestañeo,
es como el sol,
como el sol de la mañana.

Y así,
desde mi ventana,
siento
tus caricias,
y tus miradas,
sobre todo,
y ante todo,
tu dulce mirada,
y tu sonrisa de nácar.

Mis versos,
a través de tus caricias,
son los ojitos,
son las manitas
de los niños
benditos del Perú.

De las niñas
benditas,
y olvidadas,
que venden caramelos.
y te sonríen,
sin pedir nada
a cambio.

¿Cuánto vale una sonrisa?
¿Y un caramelo?

Un caramelo vale
todo lo que yo te veo.

jueves, 20 de junio de 2019

DESDE EL INFIERNO

Llevas tatuado tu nombre,
escrito con sangre,
sobre la piel,
tu nombre,
tu angustia.

Eres como un gusano,
como un gusano que te recorre
el alma.
Un gusano,
un gusano viscoso,
bajo la piel.

Un gusano que te hace sangrar
y no te deja dormir.
Lo sientes, al gusano
recorrer tus entrañas.

Hormigueando.
con sus fauces
y sus millones de milimétricos colmillos,
te va royendo la piel

Y la piel.
Te quiere comer los ojos
Te quiere quitar la vida.

Porque la muerte,
desde dentro ve,
Porque la muerte
desde dentro vela
Y el gusano te corree.

Desde su ciénaga oscura.

Desde su guarida inmunda.

Espera poder aspirar tu vida.

Verso a verso,
Palabra a palabra.
Y entre tragos de absenta,
entre tragos de absenta
me muero.

HASTA que,
niña bonita,
te veo.

sábado, 25 de mayo de 2019

EL NOMBRE DE LA ROSA

Tu sonrisa,
además de limpia,
es sincera
y bonita.

Tienes los ojos
limpios,
y muy azules.

Y tus besos saben a miel.

Eres buena,
y me quieres.

Y cuando me acaricias,
me siento un poeta.

Y UN HOMBRE.

Un hombre,
Y UN PRÍNCIPE.

UN PRÍNCIPE DE ESPAÑA.

que sabe dibujar palabras,
y soñar contigo,
y con tus labios.

Y comer tu cuerpo.
Como James Dean,
a Jane Fonda.




domingo, 5 de mayo de 2019

El Amor de mi Vida

Confieso que te quiero,
que sueño
con tus labios,
y sufro,
cuando no te veo.

Confieso que te quiero,
que lloro
y tiemblo,
y al cerrar los ojos
tengo miedo.

Confieso que te quiero,
y me imagino
ir contigo de paseo,
en una mañana de luz,
para darte un montón
de besos.

Eres mi amor,
mi vida,
mi victoria.

Tu sonrisa,
tu sonrisa,
es alcanzar la gloria.

Para que sientas,
para que vivas,
por siempre,
por siempre,
por siempre,
en mi memoria.

viernes, 3 de mayo de 2019

La Rosa de mi Corazón

La luz blanca,
ilumina,
limpia,
el sonido de las pisadas,
y tirita,
suavemente,
a lo largo
de los soportales
de la calle Galiana.

Tirita,
como un abrazo,
como un abrazo
largo y sordo.

Como una flor
que florece
entre el humo
y la niebla.

Y las farolas
pestañean
al compás
de tus ojos.

Y de tu sonrisa.

Tu sonrisa
es el código morse
que me guía
hacia el infinito,

Para conocer tu nombre.

Y en el Cielo
al vernos,
comen palomitas,
deseando
que nos comamos,
que nos construyamos
que nos muramos
a base de amor.

Y a golpe de besos.

Para,
de la mano,
volver a las estrellas.


martes, 30 de abril de 2019

El Camino Tenebroso

Cuando caminas
con el alma abierta
y te adentras
en Tierra desierta,
por esa vereda
siniestra,
que serpentea,
una vez pasado el río,
la montaña
donde mora
el eterno frío.
Y es en ese oscuro
sendero,
donde tu corazón
se encoge al sentir,
al palpitar
la inmensidad del
vacío.

De la lengua
pierdes el hablar
y de la mirada,
de la mirada
el poder amar.
Cuando cae la noche
puedes escuchar
la macabra sonrisa
del barquero
que hace
a las piedras
temblar
y a tus ojos llorar.

Más allá,
aunque todavía
no alcances ver
el mar,
ya solamente
puedes caminar.
Y así,
con los manos
en los bolsillos
del chaquetón raído,
es cuando,
aprende uno
a soñar.

Y tus ojos,
ya sin nombre,
se encienden
en lo más profundo
del invierno.
Cuando Perséfone
vuelve tu piel
a acariciar,
para volver
a sentir,
a imaginar
un mundo nuevo
que conquistar.

viernes, 26 de abril de 2019

Pelirrojas

Son tus destellos de rojo,
de fuego
iluminado,
y tu
triste semblante,

Se ilumina,
en esas praderas
que las manos
del Sol

reflejan tus ojos.

Como una triste niña,
que espera,
la Esperanza.

Inglaterra se llena
de globos
silenciosos
y de niñas,
de niñas
llenas de besos.

jueves, 11 de abril de 2019

ORDALÍA

Con los ojos cerrados,
como en una nube,
siento,
padezco,
tu silencio.

Y pongo los dedos,
los dedos
en el fuego.

En esta Tierra.

Con las dos manos.
Y los diez dedos.
Y mi corazón,
mi corazón,
se hace pegamento.

El pegamento 
de tus besos.

El ungüento
que,
beso a beso,
y palmo,
palmo,
palmo a palmo
me desvela,
que cuando los abra,
los ojos,
sabré
que estoy despierto.

Para 
de nuevo 
volver
a verte.

Para nunca más
sentirme
un viejo.


sábado, 30 de marzo de 2019

De la Tierra y del Cielo estrellado

Volaría hasta el Sol por ti,
Leonardo,
desplegando las alas,
volaría,
para tenerte,
para sentirte,
para comprenderte.

Volaría,
y hasta la luna
te daría
si yo pudiera.

Por sentir
tu cuerpo,
y
tocarte,
y no arrugarte,
y sentir
tu amor,
dándote un beso.

viernes, 22 de marzo de 2019

Ensueño

Al cerrar los ojos
se me aparece un mundo
de reflejos, de luces
y siluetas
que se deslizan
silenciosas
al otro lado del espejo.
En el mundo del mañana
del mañana mañana
en esa dimensión
donde las palabras no hieren
y el dolor no existe.
De amor,
con los párpados cerrados
de amor,
mi mirada se reviste.
Y al abrir el corazón,
al ver de nuevo la vida,
con los ojos abiertos,
siento de nuevo tu canción,
tu voz,
atravesando desiertos,
al compás que marca la alegría.

miércoles, 13 de marzo de 2019

La Herida

A las orillas del río se levanta una torre.
Es de hierro,
es un armatoste de hierros entresijados
que se levanta hacia el cielo
Como una aguja enrevesada,
como la mirada de una mujer,
como la angustia de un hombre.
Al lado,
al lado del río,
que transforma el amor en olvido.
A veces,
a veces,
me imaginé que era como un Tíovivo.
Donde todos los niños y las niñas,
de la mano,
iban a lucir sus mejores sonrisas,
ellas,
perfumadas,
y con el pelo limpio,
muy limpio,
y sus sonrisas de nácar,
como sonrisas de
alabastro,
que entierran el
que sepultan
el fracaso.
Eres muy listo,
y muy hermoso,
volaría hasta el Sol
hasta el Sol por ti.
Y yo,
que estoy sin blanca.
te escribiré palabras
hasta que se me seque el alma.

viernes, 25 de enero de 2019

Los Santos Inocentes

Venimos al mundo llorando, entre vísceras, y la sangre y las lágrimas de nuestra madre. Y cuando abrimos los ojos, lo primero que vemos , es la alegría en sus ojos, y sentimos su infinita ternura.
Bajo el Sol, el Sol de la mañana, de un sábado por la mañana, rozamos con nuestros deditos, nuestros deditos pequeños, que huelen a niño, a niño recién nacido, la felicidad que a nuestros antepasados les prometió un ángel bendito. Y es en ese lugar, allá donde hoy habita el olvido, donde empieza a latir nuestro corazoncito.
Como un niño muerto, un niño muerto en una profunda y oscura cueva, en las entrañas de la Tierra, volvemos a abrir los ojos, para sentir de nuevo el corazón latiendo, y así, gimoteando, gateando, como el que escribe un poema, vamos rasgándonos las vestiduras, para conocer el sabor de tu llanto.
Como un niño muerto, como un niño muerto en una cueva profunda, con los ojos abiertos y su pequeño corazón latiendo, sentimos el amor de una mujer, de una madre, de una Reina,
Esa Reina, esa mujer, esa mujer que nos mira.
Y nos susurra al oído, que nada está perdido.
Porque el tiempo, ese pesar pesaroso que nos aplasta al recordar los días perdidos, se convierte en una capa, en un manto que ya no puede ni agitar el viento.
Y es cuando tu amor, otra vez con los ojos abiertos, nos aleja del miedo y rasga los silencios.
Rasga, destruye, pisotea el silencio.
El silencio, la nada de un niño muerto en lo más profundo de una cueva negra.
Así es el corazón del Hombre, un corazón que late a pesar de los pesares, de los pesares pesarosos, y de todo aquello que nos hace anhelar el Cielo.
Para espantar los malos pensamientos y alejarnos de las personas que no tienen sentimientos.