"Todo en esta vida tiene un propósito. Hasta esta
piedra... No, no sé cuál es el propósito de esta piedra. Pero debe tener uno.
Porque si esta piedra no tiene un propósito, entonces nada tiene sentido. Ni
las estrellas. Y tú también. Tú también tienes un propósito."
Las frases de Ennio Flaiano, poeta romano, que cuenta con
sus tiernas palabras el relato del tiempo.
La dulzura, el cariño, el sabor de un vino blanco en la
plaza del Partenón, sentado mientras cenas al lado de una mujer,
Candela que rompe y rasga el sueño de los Pontífices, con
sus tacones, pisoteando, aplastando la masa informe, para que sus susurros
retumben en los viejos y agrietados palacios de mármol,
Y es en ese entonces cuando su contorneo, sigiloso,
indescifrable y mágico manda hacia el espacio las coordenadas necesarias para
que la Luna oculte su rostro...
Y cada día, cada vez que se pinta de rojo los labios,
Su carne marca las libaciones, que al girar esconden sus
deseos más profundos, como un guiño de sus ojos, tal que un eclipse,
Los secretos de la Humanidad,
Que se van dejando atrás.
Misterios, mundos ocultos, que a lo ancho y largo de su
corazón, ese universo sin principio ni final, esconde el corazón de una mujer.
Y entre las tormentas que se desatan en la faz del astro que
no podemos ver ni conocer, entre nubes negras, cargadas de relámpagos,
Desfila por el Planeta Tierra tu eterna mirada, a la luz de
esas pupilas que deshacen el miedo, nos alejan del pánico para salvarnos de los
mordiscos de los murciélagos
Sin palabras👌
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