De las lunas de Júpiter,
dando giros,
a golpes de vino tinto,
la que más marea al Sol
eres tú,
y
Júpiter,
en el Monte Olimpo,
le da un empujón
a Ganímedes...
Pero tú ya llevas
los vocablos
que te hacen blanca.
Y mis dedos,
en el medio del Universo,
en la inmesidad de la galaxia,
van,
sin remedio,
tecleando las palabras,
tratando,
a oscuras,
de conocer la ataraxia.
Existencia.
Providencia.
Y mi vida vestida de colores,
y en mis ojos,
los sones de los poetas,
de los poetas andaluces,
que traen al corazón
el latir,
el sentir,
de los colores,
y el tinte de las flores.
Ah, Europa!
Gracias a ti
nunca está vacía mi copa.
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