siento,
padezco,
tu silencio.
Y pongo los dedos,
los dedos
en el fuego.
En esta Tierra.
Con las dos manos.
Y los diez dedos.
Y mi corazón,
mi corazón,
se hace pegamento.
El pegamento
de tus besos.
El ungüento
que,
beso a beso,
y palmo,
palmo,
palmo a palmo
me desvela,
que cuando los abra,
los ojos,
sabré
que estoy despierto.
Para
de nuevo
volver
a verte.
Para nunca más
sentirme
un viejo.
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