miércoles, 13 de marzo de 2019

La Herida

A las orillas del río se levanta una torre.
Es de hierro,
es un armatoste de hierros entresijados
que se levanta hacia el cielo
Como una aguja enrevesada,
como la mirada de una mujer,
como la angustia de un hombre.
Al lado,
al lado del río,
que transforma el amor en olvido.
A veces,
a veces,
me imaginé que era como un Tíovivo.
Donde todos los niños y las niñas,
de la mano,
iban a lucir sus mejores sonrisas,
ellas,
perfumadas,
y con el pelo limpio,
muy limpio,
y sus sonrisas de nácar,
como sonrisas de
alabastro,
que entierran el
que sepultan
el fracaso.
Eres muy listo,
y muy hermoso,
volaría hasta el Sol
hasta el Sol por ti.
Y yo,
que estoy sin blanca.
te escribiré palabras
hasta que se me seque el alma.

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